La transformación digital está cambiando profundamente el rol de los servidores públicos. Ya no se trata simplemente de cumplir con las responsabilidades administrativas tradicionales, sino que ahora los servidores públicos juegan un papel crítico en la implementación, monitoreo y optimización de tecnologías avanzadas. En este contexto, los funcionarios públicos necesitan capacitarse para manejar herramientas tecnológicas que mejoren la eficiencia y calidad de los servicios ofrecidos a los ciudadanos. En este contexto, la profesionalización de los servidores públicos debe abarcar tanto competencias técnicas como habilidades éticas. Según la OCDE, la transformación digital debe ir acompañada de nuevas competencias que permitan a los servidores públicos comprender, supervisar y mantener los sistemas tecnológicos.  El nuevo rol del servidor público en la era digital es mucho más amplio que el de un mero ejecutor de políticas. Se espera que los funcionarios públicos sean tecnólogos, analistas de datos y líderes éticos, capaces de manejar herramientas avanzadas como la inteligencia artificial y el big data, y supervisar su aplicación de manera responsable y justa. A medida que los gobiernos de todo el mundo avancen en la digitalización de sus servicios, la capacitación y profesionalización continua de los servidores públicos será clave para asegurar que estos cambios se traduzcan en una mejor calidad de vida para la ciudadanía.